relato mi experiencia, aclarando desde el vamos que si bien no soy friolento, tampoco salgo predispuesto a viajar soportando "chuchos" de frío.
hace un par de años, cuando rondaba los 75 kg de peso, compré la campera "boyita", con interior desmontable. Habitualmente cuando llega el fresquete utilizo remera mangas largas "primera piel", térmica mangas largas y remera cuisera encima, luego la campera. Si está más frío: sumo un pullover de lana ó una campera LS2 (ver imagen debajo) ó el buzo cuisero de polar. Hasta aquí todo bien, me manejaba con holgura aún con todas las pilchas puestas... ya sé, parezco una cebolla con tantas capas!!!
Ahora bien... habiendo aumentado algunos kilos, según doña balanza antes de ayer acusé 93 sin mojar
, no pude escapar a la regla física mediante la cual todo lo que se expande y se sigue conteniendo en un mismo envase, tiende a relantizar sus movimientos. Francamente, me siento un astronauta
Aunque debo reconocer que la campera sigue cerrando perfectamente
Sin salir del tema, la campera debes sentirla holgada, no grande, sino cómodamente holgada.
En verano dicha holgura te permitirá que corra el aire; en invierno, aceptará para tu comodidad las "capas" que quieras agregar por debajo.
Para "achicar" la campera, ya viene de fábrica con distintos cierres en las mangas, bajos los brazos, tiras con abrojos y demases inventos que para los fabricantes se tornan necesarios y no siempre usamos o no le encontramos sentido (aunque seguro que alguno tienen)
Y si Diego, creo que
vamos a tener que aflojarle a los postres!!!