El viejo y Juan
Por intermedio de Abel, un amigo de la localidad de Chacabuco y entusiasta de las motos y coches antiguos, fuimos
invitados a Rawson a formar parte de la famosa Fiesta de La Primavera que se celebra en ese pequeño poblado del
partido, nosotros iríamos con nuestras motos y formaríamos parte de un gran desfile donde habría de todo, como ya
estamos acostumbrados de los pueblos de campaña.
Era interés asimismo de las autoridades comunales hacer de esta fiesta algo muy grande porque estaba invitado
el Ministro del Interior Aníbal Fernández quien en ese acto prometería hacer el acceso pavimentado desde la ruta
51 hasta el mismísimo centro.
Nos organizamos el domingo para salir del Club Gimnasia a las 8 horas, y así en riguroso horario iban llegando los
pilotos con sus endemoniadas máquinas del ayer, el viejo con su Puma, el negro con su chopper siambretta, Roberto en
su AV blanca que lo acompaña desde los 15 años, Aníbal con su New Hudson del 1914, Román con la alpino 200, Pirulo
con una Triumph 500 que es una joya, Marcelo con su Tehuelche, Vigli con su Royal enfield, Manuel con su Felina,
el gallego con su Lambretta A del 1947, Marcos con su Guzzi, Carlos con su Honda 400 y varios más, digo esto porque
quiero destacar en este viaje la participación especial de Juan con su JAWA 350.
Desde muy temprano reinaba en el grupo una camaradería muy buena, sobre todo entre el viejo y Juan, quienes de temprano
no dejaban de tomar de una petaca una bebida color blanca, que no invitaban a nadie.
El viaje por la ruta 51 se hizo placentero hasta que una cubierta de la Puma dijo basta y se desinfló, el gallego
de su desordenada guantera sacó un Tyre Pand y solucionamos el problema, en la entrada a Rawson se dirigía
la caravana y era el punto de encuentro para entrar a Rawson como perfectos gladiadores de la moto.
Llegamos a la Plaza y nos estaba esperando Abel y el comisionado, Abel andaba en una Coupé copia de una turismo
carretera del ayer, que el Ministro había pedido para llegar al pueblo como copiloto, boludeces propias del
poder, pero que estos cumplieron a rajatablas.
Había dos cuadras preparadas para depósito diríamos de las máquinas que iban luego del almuerzo a desfilar, por
un palco donde estaban las autoridades y desde donde el Ministro prometería el soñado acceso de asfalto.
Allí fuimos y dejamos las motos, luego nos dirigimos a las mesas que rodeaban la plaza, debajo de la sombra
de hermosos árboles. Eso era casi al borde de la plaza, en el sendero próximo a las calles que la circundaban.
En el centro de la plaza, había vendedores de todo tipo, parejas de novios abrazados, niños corriendo, bebés
llorando, un payaso, un mago y dos guitarristas ensayando, antes de subir al escenario principal. También
había un petiso donde se hacía cola para sacar la foto, con un sombrero mexicano que no pegaba ni con cola.
Los pibes contentos, las madres orgullosas y los padres con la billetera hirviendo.
Juan y EL VIEJO seguían bebiendo a escondidas de todos, porque el gallego en su caracter de presidente del
grupo había pedido corrección en todos los actos de los integrantes de la delegación AMACH.
Llamaron a sentarse porque empezarían a servir, la verdad un lujo, empanadas, chorizo, asado y un postre
helado era el menú, cosa que cumplieron acabadamente. Juan y el viejo organizaron entre ellos dos, sin dejar
participar a otro, quién se volteaba más cajitas de Tetra, y bueno no se sabe quién ganó, pero de ahí en
más fueron todos accidentes.
Cuando dieron la orden del inicio del desfile, ya llegamos tarde, porque Juan espantó a los caballos de los
tres equipos de pato que estaban prestos para el pasaje, los caballos encararon la plaza y sin sus jinetes
iban haciendo un desastre por donde pasaban, corrían los jinetes, la policía, la gente para tratar de
frenarlos cosa que después de un rato pudieron. Mientras el viejo le escondió el conejo al mago y se armó
otro problema, hasta que lo convencieron y lo entregó.
Nos miraban feo, el gallego se sonreía para no llorar.
Juan y el viejo agarraron sus motos e hicieron una carrera alrededor
de la plaza, que terminó con el viejo abrazado a los parlantes del sonidista del evento y entre mezclado
entre cables de todos colores.
Juan, se asustó un poco cuando vio la cara ensangrentada del viejo y se quedó a un costado del escenario
sin siquiera participar del desfile.
Pasaron las carrozas, verdaderas bellezas alegóricas a la primavera con señoritas muy bellas saludando a todo
el público presente.
Los de siempre, las escuelas, la policía, los bomberos, el equipo de fútbol de Sarmiento sin su nro 9 que era
de buenos aires y no pudo venir, el equipo de Moreno completo, una pila de autos antiguos y nosotros desfilando.
Finalizado el desfile todos se juntaron frente al escenario, primero habló el comisionado, a lo que Juan que
se había quedado allí interrumpía diciendo VIVA PERON CARAJO, la gente estaba molesta, pero algunos se reían.
Cuando le tocó el turno al Ministro y Juan diciendo lo mismo lo empezó a interrumpir, hizo y se notó unas
señas y dos corpulentos jóvenes lo levantaron en andas y lo llevaron varias cuadras adentro del pueblo.
En realidad se comprometió a hacer la entrada, el comisionado nos dijo que una vez terminada nos invitaría
a la inauguración, cosa que no sé si ocurrió, porque no nos invitaron más, el motivo lo dejo que lo suponga
el lector, O NO SE HIZO LA ENTRADA O NO NOS QUIEREN POR ALLI.
Encaramos la vuelta, antes de llegar a la ruta 51 el viejo tuvo tres caídas.
Veníamos controlando todo, porque estos hasta que no estuvieran en sus casas eran capaces de cualquier cosa
Juan entró en una gomería, el hombre tenía una jaula con pájaros, a los que Juan les dijo VIVA LA LIBERTAD
abrió la puerta e hizo volar, el gomero se lo quería comer, pero intervino el negro y le dijo que se los
iba a reponer, cosa que estará esperando, supongo. Juan se cortó solo luego que
llenó la petaca en el Club con cognac añejo.
Una vez todos en la Ruta y con la caravana bien armada, pasando Emilio Ayarza, el viejo agarró el borde de la
banquina y salió disparado para el medio de la ruta, había que urgentemente desviar a los camiones que
transitaban por ella, zafamos, la moto se dobló toda, paramos un auto, de los de exposicion que estaban
en el desfile y cuando le pedimos que nos llevara al caído, puso primera y desapareció.
Un vecino de Chivilcoy, en una camioneta paró y lo cargó atrás, lo seguíamos de cerca porque se nos podía
tirar, varios de los nuestros lo acompañaron a la casa y los recibió muy feliz la esposa, a bueno dijo
por lo menos en esta volvió y no lo tuve que ir a buscar al hospital.
Algunos se retiraron a sus domicilios y otros nos fuimos a tomar un cafecito al Club, Juan vino con
nosotros, cuando comentábamos las peripecias del viaje, Juan a título de confesión nos dijo: Bravo el viejo
me ganó con las tetra, me ganó 10 a 6, es de primera tomando vino.
Autor: Gallego AMACH