Autor Tema: La muchacha del circo  (Leído 2204 veces)

Desconectado El luxado

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La muchacha del circo
« : 01 de Junio del 2016, 20:45 »
La muchacha del circo



   El invierno colaba su aliento a través de las rendijas del viejo carromato. La muchacha, acurrucada, no podía dormir. Sus dos gatos castrados daban vueltas debajo del camastro. No parecían ni pelear ni jugar. Daban vueltas con cierto nerviosismo e inquietud. Un comportamiento extraño para dos que nunca demostraron nada. Gatos gordos aburridos de la vida. Muchas veces había dejado ella de comer para alimentarlos. ¡Y para no! Esos dos animales eran su consuelo y compañía.
Desde su rincón observó una estrella que el remiendo descocido del techo dejaba ver. A esa hora la luz titilante le daba directo en la cara.
Pensó en la pobreza que la había perseguido desde siempre, era hora de ponerle fin a la racha. En la función de mañana daría todo en el trapecio y después exigiría al dueño, un aumento de sueldo o una participación en las entradas. En definitiva, ella era la única que le daba vida a ese miserable circo. Si el patrón le negara el reclamo, entonces tomaría otros rumbos. ¿Qué podía ser peor que eso?
Los gatos siguieron maniobrando en la oscuridad. No peleaban, hubieran gritado al dolor de un zarpazo o de una dentellada. Tampoco jugaban, las pocas veces que los había visto en esas ocurrencias, sus juegos consistían en correr y dar brincos entre los bultos y los pocos muebles de la casilla y este no era el caso. Escuchó los ruidos que hacían los cuerpos al dar contra la madera del piso. Les chistó y quedó atenta a nuevos movimientos. Todo quedó en absoluto silencio. Afuera, el pueblucho dormía en una inmensa quietud. Pensó en la actividad de los gatos, en lo extraño de todo aquello y no pudo dejar de preguntarse: ¿No presagiarían males futuros? 

Autor: Luxadín

https://www.youtube.com/watch?v=CZ0nlPxV-f4

LA MUCHACHA DEL CIRCO. Letra de Manuel Romero
Música de Gerardo Hernán Matos Rodríguez
Compuesto en 1928

Estrenado por Carmen Valdéz, en el sainete Gran Circo Rivolta, del
mismo Romero, el 15 de junio de 1928.

No sólo el calificativo de "tango romance" lo diferencia de otros
tangos de Romero, sino también su suavidad con algo de lamento y
resignación. No otro era el tono que en cierta situación exigía el
drama grotesco "Gran Circo Rivolta", tal vez la mejor obra teatral de
Romero. En ella lo cantó la actriz Carmen Valdéz (teatro Buenos
Aires, 15 de junio de 1928). Debe señalarse que el tango, en rauda
popularidad, fue incorporado al repertorio de numerosas y calificadas
cancionistas, pero, no obstante de que en primera persona corresponde
a una mujer, lo cantaron y grabaron no pocos cantores, entre ellos
Corsini, Gardel, Alberto Marino y Eduardo Adrián. En 1937 Romero
dirigió, sobre su obra citada, el film "La muchacha del circo", en el
cual el tango fue cantado por la actriz Irma Córdoba.

Yo soy la muchacha del circo.
Por una moneda yo doy
un poco de humilde belleza,
un poco de tibia emoción.
Yo soy la muchacha del circo.
Por esos caminos yo voy,
ceñida en mi malla de seda,
repartiendo a todos
flores de ilusión.

Colgada del frágil trapecio
su cuerpo elegante parece, al saltar,
una paloma blanca que al cielo,
con ansia loca, quisiera llegar.
Mientras la gente,
emocionada,
contempla inquieta su salto mortal,
bajo la lona
del viejo circo,
un frío de muerte se siente cruzar.

Ahí va la muchacha del circo;
no encuentra consuelo ni amor,
regala a otros la dicha
y sufre miseria y dolor.
Por fin, una noche, la mano,
cansada, al trapecio aflojó
y... ¡pobre muchacha del circo!
buscando un aplauso
la muerte encontró.

Fuente: http://www.nuevoslibros.com.ar/Letras-Tango-L/t-4483/LA-MUCHACHA-DEL-CIRCO.htm
   
« Última Modificación: 03 de Junio del 2016, 19:37 por El luxado »