Un viejo mecánico
-¿Qué es lo que dice ese viejito, vos le entendés?
-Mirá, creo que habla de motos. Motos que una vez contó que él las atendía. Ahora empezó de nuevo, había dejado de acordarse, está desde ayer diciendo Puma, Siambretta, Legnano, Guzzi y bueno, vos sabés que son marcas de motos ¿no?
-Sí, claro, decime: ¿me dejas hablar con él?
-Por favor, te pido que no lo pongas nervioso, porque dentro de un rato llega la hija de Buenos Aires.
-Pero, ¿no es de aquí?
-¡Sí, sí! Pero la hija vive en Capital.
-Hola amigo, ¿cómo anda?
-Bien, estoy pensando lo que tengo que hacer mañana.
-Mañana, ¿y qué tiene para hacer mañana?
-Mirá, muchacho, le estoy preparando la moto a Daniel y corre el sábado.
-¡Ahhh! Usted es mecánico.
-Sí, y según dicen de los buenos, ¿llueve ?
-No. Cuente, cuente del taller.
-Yo atiendo varias motos de carrera, yo soy muy feliz en el taller, pero decime: ¿llueve ?
-No, amigo. No llueve.
-Estoy esperando a mi hija, que vive en España, me dijeron que hoy venía. Me parece que ya no llueve.
-Dígame: ¿ud. se llama ?
-Manuel, yo me llamo Manuel y tengo el taller en la Avda. Güemes. Viento, se levantó viento ¿no ?
-Mire Don Manuel.
-No hijo, yo no puedo mirar, estoy ciego.
-¡Huy! Disculpe, no me había dado cuenta.
-Es que disimulo (risas)
Ciego y todo, mete mano en los fierros, se las sabe lunga.
-Y vos ¿quién sos ?
-Yo, yo soy el Gallego Amach y si Ud. quiere mañana lo llevo a mi casa a escuchar el sonido de las marcas de motos que ud. menciona.
-¿Serías capaz de eso? Qué bueno, vos ponés en marcha y yo te digo la marca y te doy detalles.
-¿Que le pasa Manuel? ¿Está llorando?
-No, hijo. Estoy feliz, porque ahora tengo un amigo.
-Pero... le caen lágrimas por la mejilla.
-No, no son lágrimas, te dije que está lloviendo y me mojé la cara.
Marzo 2016.
Hogar-Asilo de ancianos Chivilcoy.