LA NUEVA HONDA CROSSRUNNER LLEGA A LAS TIENDAS DE EUROPA
Honda Crossrunner… EmocionanteLa cilindrada media está de moda, y esta Crossrunner es una nueva demostración de cómo los fabricantes buscan la fórmula para poder ofrecer una moto capaz de brindar sensaciones deportivas sin dejar de lado una vertiente GT.
Con el azul del Mediterráneo de fondo y la belleza del norte de Palma de Mallorca como decorado, descubrimos la nueva y sorprendente Crossrunner de Honda. Una moto que se desmarca de lo establecido, a pesar de que todo parece ya inventado. No es una auténtica trail, pues pese a su aspecto, no está preparada para el off-road, tampoco es una agresiva supermotard, ni una GT, ni, por supuesto, una RR…
¿Qué es la Crossrunner? Pues una “fun bike” con 100 CV de potencia y un acertado diseño, fácil, cómoda y amable. Impulsada por el exclusivo V4 de la VFR 800 de Honda, con ella la diversión está asegurada entre curvas sin dejar de lado los viajes ni un uso diario y el pasajero es muy bien recibido. Una trail asfáltica de medidas razonables cuya apariencia y posición de conducción a través de las primeras fotos del año pasado nos hizo soñar con la llegada de una auténtica trail; es decir, aquella que sí puede tragar polvo, aunque esta versión llegará más tarde y con otro nombre. Por su aspecto lo puede aparentar, pero según su diseñador, esa imagen de trail se debe a que en ocasiones el asfalto se acaba y entonces un manillar bajo no transmite confianza, sino miedo…
Un motor único
La Crossrunner se desmarca con el feeling exclusivo un V4 y el tacto exquisito que Honda es capaz de conseguir como ningún otro fabricante. Con la base de la VFR 800, estéticamente es innovadora con un diseño muy dinámico en el que frontal resulta agresivo y la carrocería equilibrada, condicionada por la ubicación de los radiadores en los laterales del V4 a 90° montado en sentido longitudinal, una fórmula que Honda utiliza en su V4 heredado de la VFR 800 y también en las primeras VTR 1000 de mediados de los 90. En esta versión se ha sabido acoplar a una moto sorprendentemente eficaz tanto a baja velocidad como viajando en autovía, donde se muestra muy estable.
El propulsor de la VFR de 782 cc, con 16 válvulas, 4 árboles de levas y refrigeración líquida, conserva su sistema VTEC y se ha modificado ligeramente (toberas de admisión y escape 4-2-1 con un solo catalizador en lugar de dos), para poder ofrecer un mejor par a bajo y medio régimen. La tecnología VTEC, por la que por debajo de las 7.000 rpm actúan dos de las cuatro válvulas de cada uno de los cilindros, se ha aplicado con acierto y esta versión V4 conserva el tacto exclusivo de esta configuración, con un brillante rendimiento en toda su gama. Desde apenas las 1.500 rpm, abriendo el puño de gas en sexta velocidad, es capaz de responder y recuperar de forma suave y lineal. Poco antes de llegar a las 7.000 rpm, entra en acción el VTEC, pero no lo hace de forma violenta, sino que el excitante cambio de sonido viene acompañado de una inyección de potencia, un perceptible punch agradecido y poco agresivo.
Y es que la suavidad del motor V4, que en esta versión declara 100 CV a 10.000 rpm y un par motor de 7,4 kgm a 9.500 vueltas, es uno de los rasgos característicos de esta nueva Crossrunner. Montado en un chasis de doble viga en aluminio como el de la VFR 800 y con unas suspensiones equilibradas, forma un conjunto muy compacto. La horquilla firmada por Showa con barras de 43 mm regulables en compresión, extensión y precarga es exteriormente igual a la de la VFR, pero se ha modificado el cartucho interior. Detrás, el sistema Pro-Link con bieletas y el amortiguador HMAS de gas se ha montado sobre el espectacular basculante monobrazo Pro-Arm de aluminio. Por lo que respecta al equipo de frenos, incorpora el sistema combinado y el ABS se equipa de serie.
Y en cuanto a los neumáticos, para esta Crossrunner, Pirelli ha desarrollado unos Scorpion, en los que se ha buscado buen grip (cómo no…) en una conducción deportiva y estabilidad a elevadas velocidades de crucero.
Polivalente
Una de las premisas que se tuvieron a la hora de diseñar esta nueva Crosrunner fue que fuera una moto universal y que, por tanto, encajara entre un amplio sector de público. Es por ello por lo que es baja de asiento, y, además, el del pasajero está prácticamente al mismo nivel que el del piloto, algo que el segundo de a bordo agradecerá tanto como las generosas y, sin embargo, bien integradas asas laterales.
Desde el asiento, el cuadro de instrumentos flotante se ha ubicado en una posición bastante elevada, y además de contener la información habitual, en la que encontramos a faltar un indicador de la velocidad engranada, los pulsadores son prácticos y lo suficientemente grandes como para poder accionarlos fácilmente con guantes. Por el contrario, los dígitos del cuentarrevoluciones y las barras del nivel de combustible son demasiado pequeños.
En ruta
Nuestra breve toma de contacto se inició con unos pocos kilómetros de autovía, donde pude comprobar, a falta de poder hacer una prueba en condiciones peninsulares, que es estable a alta velocidad, que la protección a la altura de los hombros es muy justa y que en la zona del casco es aceptable inclinando ligeramente la cabeza. A 120 km/h el motor gira a 5.000 rpm y vibra poco.
Luego nos dirigimos al norte pasando por Andratx, tomando un café en el Mirador R. Roca y disfrutando de una vista fantástica, para subir hasta Deiá y comer en el Mirador de Ses Barques. Lo cierto es que tuvimos que concentrarnos mucho esquivando los cientos -sí, he dicho cientos…- de ciclistas que nos encontramos por las resbaladizas y reviradas carreteras mallorquinas; pero sí sacamos algunas conclusiones.
Entre curvas es una moto ágil a pesar de que se mostró un poco pesada en los cambios de dirección. Los 240 kg anunciados no son pocos, y la Crossrunner se desenvolverá mejor en carreteras con mejor piso, más espaciosas y con menos curvas tan exageradamente cerradas.
Las suspensiones nos parecieron un poco blandas, especialmente la trasera, a la salida de las curvas, pero con una geometría acertada la Crossrunner se mostró fácil en la entrada de los virajes y con un buen compromiso entre el confort y la sensación de control.
No tenemos el precio oficial, pero en función de nuestras averiguaciones, debería de estar por debajo de los 12.000 euros. Disponible en el mes de junio y con tres versiones cromáticas (blanca, roja o negra), es un estilo de moto que en ningún caso deja indiferente, sino que más bien emociona…